Eyaculación femenina

La mujer es un ser que aunque a los hombres nos pueda parecer mentira o inútil, necesita sentirse admirada por nosotros, y no me estoy refiriendo al piropo del obrerete grosero, no, me refiero a la pareja, si alabamos su cuerpo y su rostro todos los días, no creáis que se va a ofender o a cansar (hombre lo de ofender hasta un punto depende de lo que digamos claro esta, pero incluso las “guarradas” dichas de vez en cuando y con un toque de humor hasta pueden ser muy bienvenidas), cuanto mas se le diga mas confianza nos tendrá, un tipo de confianza muy necesaria dentro de la pareja para muchos tipos de juegos sexuales, que sin esta confianza no podrían hacerse, si ya se tiene es un paso menos a dar.

Muchos hombres y mujeres no han visto a sus respectivas parejas masturbarse y es un gran fallo, si un fallo garrafal, viendo al contrario masturbarse nosotros aprenderemos mucho de como darle placer, porque veremos como lo gusta tocarse y donde, si todos tenemos los mismos puntos erógenos (las mujeres los suyos los hombres los nuestros), pero lo que también es verdad es que a cada uno nos gusta tocarnos en unos puntos en concreto, algunas mujeres prefieren , usar sus dos manos en la vagina, una para rozar el clítoris y otra para introducir los dedos en ella o separar los labios, otras en cambio la mano secundaria prefieren tenerla apretando uno o los dos pechos o pezones, o se muerden el deo porque tienen necesidad de morder , o se tocan la barriga en movimientos circulares, cada una tiene su “punto” y eso es lo que podemos descubrir observando como se masturba y lo mismo pueden hacer ellas, a algunos les gusta apretar algo con la otra mano, o apretarse el perineo o los testículos, que mejor sería que cuando vayamos a masturbar a nuestra pareja, esta no necesite usar ninguna mano, porque lo que le ofrecemos es más que suficiente y sabemos que lo es porque lo observamos, placer absoluto.

Llegados a este punto, confianza total y conocemos sus necesidades, el hombre (la mujer no es una pena que los hombres seamos tan cuadriculados) puede hacer que la mujer de un paso mas hacia el placer, algo que posiblemente no habrá experimentado (muchas no lo conocen y otras que tienen la posibilidad de usarlo se confunden de sensación, aunque otras ya lo sabrán claro esta), estoy hablando de la eyaculación femenina, algo que puede parecer más un mito que una realidad, pero que es totalmente cierto, los hombres y mujeres que hayan visto pornografía, ya sabrán de que hablo, aunque posiblemente muchos hayan pensado que eso es un “efecto dramático” (en este caso erótico) de las películas porno, pero nada mas lejos de la realidad, existe y es muy real, llamado tambien, el liquido, “amrita”.

Y esta cuestión, la búsqueda del “amrita”, es uno de los grandes “Caballos de Troya” de todo hombre, muchos lo buscan con desesperación, normalmente por morbo, y ahí radica el mayor de los problemas, no debe ser buscado por morbo, lo primero de todo y como fundamental debe ser hablado con la mujer, sin ella no hay nada que hacer, no se puede encontrar, búsqueda fallida al cien por cien, ahí lo de la confianza, una vez hablado debe, buscarse información sobre ella (existe variada información sobre el amrita o ambrosía por Internet, siempre relacionada con el sexo Tantrico) luego, por parte de la mujer, debe liberarse de todo tabú que tenga encima, y sobre todo dejarse llevar por cualquier sentimiento que le acontezca en ese momento, no reprimir ningún sentimiento, reprimirlo es, no llegar a nada, porque el amrita ante todo sale en conjunto con unas irrefrenables ganas de orinar, algo evidente pues sale por el mismo orificio, pero generado por la glándula parauretral.

Una vez quitado ese miedo a la vergüenza, a la cuestión de que se piensa que es orina, entonces acaecerá el momento “sagrado”, la mujer disfrutara de una sensación (yo no podré nunca expresarla por ser hombre pero bueno haré lo que pueda) que para nada tiene que ver con el orgasmo, al parecer no cansa, pues no distiende la musculatura (apreciación particular en comparación con el orgasmo), con lo cual puede repetirse infinidad de veces y lo más normal es que de una a otra no pase tiempo por lo cual es algo así como un orgasmo de larga duración, algo menos salvaje, pero (y esto va de mi parte de observador), mucho mas agradable, pues fijándonos en la cara, eso si es por fin una cara de “gusto”, no esa mezclada de placer con sufrimiento como es la del orgasmo, solo se aprecia paz y felicidad en su rostro, no se junta el entrecejo ni se frunce el morro, solo se ven ojos cerrados suavemente y una sonrisa envidiable.

La segunda parte para llegar a este punto depende del hombre y es que el debe sufrir para que la mujer llegue a ese punto de felicidad, no llegara el primer día, deberán probarse diversas técnicas de estimulación del “punto sagrado” (punto-G), y para llegar a la estimulación final el brazo del hombre suele sufrir y más aún, si preocupándose de la felicidad de ella, mantiene el continuo movimiento durante más rato, para que así su sensación de paz dure mas tiempo (podría llegar a pegaros un tirón en el bíceps jejejeje), pero si os involucráis en la acción, cuando ella llegue al momento, notareis en los dedos las contracciones vaginales, y ellas os harán vibrar el brazo (como si metéis la lengua entre los polos de una pila), y si estas verdaderamente involucrados ello os dará placer a vosotros (si, es mental, pero todo placer es mental al fin y al cabo) y cuanto más lo practiquéis y mejor lo hagáis mayor satisfacción interna tendréis cada vez que llegue, y ella al ver vuestro deseo porque llegue a termino, reacciona sin querer, a mayor velocidad (deseo sexual elevado a la enésima potencia).

Pero como ya he comentado antes, para que esto suceda ella debe liberarse, y para ello necesita, de la ayuda del hombre, de saber plenamente (he dicho plenamente, no vale con decir "si, si, me gusta") que el hombre disfruta con la vista de su cuerpo, tal y como es, y de saber que el va a disfrutar viéndola disfrutar a ella (rechazar de pleno el egoísmo). Para la realización de esto, todo lugar es aceptable siempre y cuando, ambos a dos estén plenamente cómodos (y dispongan de una toalla o algo que recoja las ingentes cantidades de liquido que pueden llegar a salir).